Después de cierto tiempo en la universidad, es imposible no recordad los primeros momentos y días en ella, por ejemplo el no saber dónde ir el primer día de clase, cuál es el aula y el edificio donde tienes que estar, los nervios e incertidumbre por saber cómo serán tus nuevos compañeros con los que pasarás los próximos años de tu vida universitaria... En especial recordamos la charla de bienvenida que nos dieron, en la que nos explicaron la diferencia entre que la universidad pasara por nosotros y nosotros por ella. Es entonces en el segundo caso cuando podemos hacer balance. Primer es conveniente recordad dicha diferencia con hechos. La universidad puede pasar por cualquiera, ya que ésta ofrece carreras muy diversas que cursar. Puede elegir la opción de venir a clase, tomar apuntes y aprobar los que exámenes para que le den el papelito que certifica que ha aprendido una serie de conocimientos para entrar en la vida laboral. Si no, existe la posibilidad que hemos elegido, pasar nosotros por la universidad. No solo en lo referente a hacer amistades, si no también en involucrarnos con actividades de delegación, organizar eventos para la clase, realizar distintas labores o pasar horas en la biblioteca, de manera grupal, para ayudar con las dificultades que surgen con alguna materia o ser ayudado por otros.
Claramente, de nuestro paso por la universidad se puede destacar varios momentos, como los nervios por los innumerables e interminables trabajos que hay que hacer; también los nervios por los exámenes finales donde nos jugamos en una hora todo el trabajo y las horas dedicadas a cada asignatura; las celebraciones por finalizar un trimestre o cuando nos compadecemos al reencontrarnos en la convocatoria extraordinaria de Junio, aunque siempre se espera que no se dé el caso de asignaturas suspensas...
También esperamos de alguna manera, que se nos recuerde, y que los profesores a los que tanto tiempo hemos visto, escuchado y acudido con dudas, nos tengan en mente o por lo menos se acuerden de nuestros rostros si nos ven por la calle. Por que les hemos dejado pasar a nuestro interior, son personas que nos han marcado y han sacado lo mejor de nosotros. También nos han dado herramientas para afrontar nuestro futuro y nuestra profesión, siempre desde la perspectiva de que hay que ser los mejores porque vamos a ser los encargados de formar a las futuras generaciones.
Pronto nos despediremos de la universidad, lo que significa que cerraremos nuestra etapa universitaria, pero también que empezaremos otro capítulo de nuestra vida en el que guardaremos los maravillosos recuerdos y amistades que hemos logrado durante la misma. Hay una frase, que dicen que procede de un sabio anciano, que es: "no nos diremos nunca adiós sino un hasta luego, ya que siempre estaremos los unos con los otros en nuestros corazones y recuerdos".
Por eso nos parece importante reincidir sobre la idea de que hay que pasar por la universidad, sacar lo mejor de uno mismo y en cierta manera dejar nuestra huella. Porque no solo se aprende en las asignaturas que podemos calificar de más valor o de relleno del currículum, si no que puedes aprender de un profesor en su despacho, de un compañero en un trabajo o de un amigo en la cafetería. Puedes vivir experiencias, alegrías, lloros y tristezas: puedes vivir la universidad y que no sea un mero trámite para obtener el título. La universidad es un espacio en donde crear conocimiento, crear experiencias, empezar a edificar nuestro futuro sobre unos cimientos estables y firmes, y no para tener una estantería llena de archivadores. Es un lugar donde pensar, donde descubrirse y desarrollarse a nivel integral como persona.
Queremos poner como ejemplo la asignatura de este trabajo, "Claves del pensamiento actual", del profesor Jaime Nubiola, el cual captó nuestra atención desde el primer día con su bonita corbata roja y segundos más tarde con su manera de hablar y expresarse. Dicha asignatura no tiene un valor curricular, en el sentido que no damos conceptos propios de nuestra carrera. Pero tiene un valor transversal en nuestra vida. Nos ha enseñado a escribir, nos ha dado la oportunidad de reflexionar y transmitir nuestros pensamientos a un papel; también nos han enseñado que la mejor manera de captar la atención de los alumnos es teatralizar las clases, que nos entusiasme lo que estás haciendo y prestarles atención. El valor de esta asignatura no son solo los conocimientos, si no la libertad que nos proporciona y el entusiasmo que nos transmite. Por eso, aunque muchos la escojan por ser una asignatura que no tiene examen, es una verdadera oportunidad cursarla por las cosas que se aprenden como persona.
Es importante pasar por la universidad y descubrir asignaturas como está

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