lunes, 24 de noviembre de 2014

Café desvedado: La Universidad de Navarra y nosotros...

Después de cierto tiempo en la universidad, es imposible no recordad los primeros momentos y días en ella, por ejemplo el no saber dónde ir el primer día de clase, cuál es el aula y el edificio donde tienes que estar, los nervios e incertidumbre por saber cómo serán tus nuevos compañeros con los que pasarás los próximos años de tu vida universitaria... En especial recordamos la charla de bienvenida que nos dieron, en la que nos explicaron la diferencia entre que la universidad pasara por nosotros y nosotros por ella. Es entonces en el segundo caso cuando podemos hacer balance. Primer es conveniente recordad dicha diferencia con hechos. La universidad puede pasar por cualquiera, ya que ésta ofrece carreras muy diversas que cursar. Puede elegir la opción de venir a clase, tomar apuntes y aprobar los que exámenes para que le den el papelito que certifica que ha aprendido una serie de conocimientos para entrar en la vida laboral. Si no, existe la posibilidad que hemos elegido, pasar nosotros por la universidad. No solo en lo referente a hacer amistades, si no también en involucrarnos con actividades de delegación, organizar eventos para la clase, realizar distintas labores o pasar horas en la biblioteca, de manera grupal, para ayudar con las dificultades que surgen con alguna materia o ser ayudado por otros. 
Claramente, de nuestro paso por la universidad se puede destacar varios momentos, como los nervios por los innumerables e interminables trabajos que hay que hacer; también los nervios por los exámenes finales donde nos jugamos en una hora todo el trabajo y las horas dedicadas a cada asignatura; las celebraciones por finalizar un trimestre o cuando nos compadecemos al reencontrarnos en la convocatoria extraordinaria de Junio, aunque siempre se espera que no se dé el caso de asignaturas suspensas... 
También esperamos de alguna manera, que se nos recuerde, y que los profesores a los que tanto tiempo hemos visto, escuchado y acudido con dudas, nos tengan en mente o por lo menos se acuerden de nuestros rostros si nos ven por la calle. Por que les hemos dejado pasar a nuestro interior, son personas que nos han marcado y han sacado lo mejor de nosotros. También nos han dado herramientas para afrontar nuestro futuro y nuestra profesión, siempre desde la perspectiva de que hay que ser los mejores porque vamos a ser los encargados de formar a las futuras generaciones. 
Pronto nos despediremos de la universidad, lo que significa que cerraremos nuestra etapa universitaria, pero también que empezaremos otro capítulo de nuestra vida en el que guardaremos los maravillosos recuerdos y amistades que hemos logrado durante la misma. Hay una frase, que dicen que procede de un sabio anciano, que es: "no nos diremos nunca adiós sino un hasta luego, ya que siempre estaremos los unos con los otros en nuestros corazones y recuerdos". 
Por eso nos parece importante reincidir sobre la idea de que hay que pasar por la universidad, sacar lo mejor de uno mismo y en cierta manera dejar nuestra huella. Porque no solo se aprende en las asignaturas que podemos calificar de más valor o de relleno del currículum, si no que puedes aprender de un profesor en su despacho, de un compañero en un trabajo o de un amigo en la cafetería. Puedes vivir experiencias, alegrías, lloros y tristezas: puedes vivir la universidad y que no sea un mero trámite para obtener el título. La universidad es un espacio en donde crear conocimiento, crear experiencias, empezar a edificar nuestro futuro sobre unos cimientos estables y firmes, y no para tener una estantería llena de archivadores. Es un lugar donde pensar, donde descubrirse y desarrollarse a nivel integral como persona. 
Queremos poner como ejemplo la asignatura de este trabajo, "Claves del pensamiento actual", del profesor Jaime Nubiola, el cual captó nuestra atención desde el primer día con su bonita corbata roja y segundos más tarde con su manera de hablar y expresarse. Dicha asignatura no tiene un valor curricular, en el sentido que no damos conceptos propios de nuestra carrera. Pero tiene un valor transversal en nuestra vida. Nos ha enseñado a escribir, nos ha dado la oportunidad de reflexionar y transmitir nuestros pensamientos a un papel; también nos han enseñado que la mejor manera de captar la atención de los alumnos es teatralizar las clases, que nos entusiasme lo que estás haciendo y prestarles atención. El valor de esta asignatura no son solo los conocimientos, si no la libertad que nos proporciona y el entusiasmo que nos transmite. Por eso, aunque muchos la escojan por ser una asignatura que no tiene examen, es una verdadera oportunidad cursarla por las cosas que se aprenden como persona.
Es importante pasar por la universidad y descubrir asignaturas como está
, y poder involucrarse y dedicar tiempo para desarrollarse como persona y profesional integro. Hay personas a las que debemos mucho, como hemos dicho, personas que han ayudado a que nuestra personalidad se vaya forjando y madurando; ahora llega nuestro turno. Vivimos en una sociedad en la que a veces faltan valores muy necesarios.  Nuestra profesión de pedagogos nos permite luchar por un mundo mejor en el que reina la paz, se derribe muros y se construyan puentes. Hemos tenido la suerte de poder formarnos y ahora seguiré haciéndolo pero aportando a los demás todo lo aprendido.¡Yo estoy lista y voy a por ello!. ¡ Voy con mucho cariño y salero a ayudar a crecer y a sonreír!

Café desvelado: la obsolescencia familiar

Estaba yo tratando de secarme el pelo, con más o menos gracia, cuando reparé en que iba vestida del mismo color que mi querida radio. Este dato parece que no es relevante, pero entonces empecé a pensar en los años que llevábamos esa radio y yo juntas. Las veces que se me ha caído al suelo, que me ha ayudado durante horas interminables de estudio... Es increíble que mi radio haya durado durante tantos años, parece que pasa de la famosa obsolescencia programada.
En fin, aderecé el secarme el pelo con un poco de sentimentalismo con mi radio. Lo que me hizo pensar que si la tecnología cambia más deprisa que nunca ¿cambiamos nosotros también?
Fue entonces cuando me enteré que un amigo de la familia se separaba. No me lo creía, ya que parecían la familia feliz que todo el mundo quiere tener. Asombrada, la noticia de que se divorciaban llegó de la noche a la mañana, sin previo aviso, sin ningún telegrama de aviso. Fue entonces cuando llegamos a la conclusión de que ella había cambiado y él no se había dado cuenta... 
Lo que me hizo pensar que ¿también cambian las relaciones?¿el amor de hace 100 años ya no es el mismo amor que ahora? Quizás la eterna búsqueda de la media naranja nos ha afectado más de lo que pensábamos. Yo no creo que resulte compatible con la esencia de la persona, porque media naranja no es una naranja entera en sí y nunca llegará a ser una naranja entera. 
Pero los datos de separaciones y divorcios solo aumentan, la obsolescencia programada es una realidad respecto a la tecnología o las máquinas, pero ¿la obsolescencia también llega a las familias? ¿preferimos no reparar relaciones y crear nuevas? Creo que una relación se hace día a día, habrá días en donde hagas más y otros menos, pero la habilidad está en desequilibrar la balanza todo el rato de tal manera en donde no se llegue al equilibro ni a un desequilibrio continuo extremo, es decir, que solo dé una persona y reciba otra. 
A raíz de la teoría de la media naranja, parece que se acepta que tienes que buscar otra persona pra terminar de completarte, par llegar a ser feliz. Lo que significa ¿necesitas a otra persona para ser feliz? O ¿existen personas que dan felicidad? Y en el caso de que existan, ¿serán felices? Eso nos hace incompletos, marca diferencias, hace dependientes a los infelices de los infelices para llegar a ser algo. Porque media naranja no va a ser una naranja entera. 

Entonces, ¿qué pasa con las parejas que rompen?¿Acaso los problemas que hay ahora son tan distintos de los de antes y por eso no tienen solución? Yo creo que ya nos hemos acostumbrado a tirar y comprar cosas nuevas y no invertir tiempo en arreglarlas, en no intentar solucionar problemas. Quizás por eso hay más divorcios, porque ya no queremos esforzarnos, no queremos ser tolerantes... Sólo queremos encontrar a esa persona que nos proporcione la felicidad durante los distintos momentos de nuestra vida. Aunque los otros no puedan darla ya que parece que carecen de ella. Es decir, al parecer solo queremos recibir sin apenas dar. Quizá tengan la culpa los distintos programas o películas, pero en términos prácticos puede ser una conducta egoísta o simplemente una práctica consumista de las relaciones. Por eso creo que la obsolescencia programada empieza a implantarse ahora en el área de las relaciones. Igual solo la gente que conoce el significado de una relación es la que está exenta de ello, o que el incremento en las gráficas de divorcio sea consecuencia de un individualismo acentuado y de un aburrimiento estremecedor. 
De todas formas, en ese momento me prometí que si alguna vez se rompía mi radio, la arreglaría, como intentaría arreglar mi relación con alguien.